sábado, 22 de marzo de 2008

COWBOY DE MEDIANOCHE



Dustin Hoffman y Jon Voigth,
"Ratzo" Rizzo y Joe Buck



En determinadas ocasiones, ciertas coincidencias resultan harto sugestivas. "Cowboy de medianoche" (John Schlesinger, 1969) y "El aventurero de medianoche" (Clint Eastwood, 1982), dos películas con sendos títulos en castellano que bien pudieran llevarnos a la confusión. Ambas están protagonizadas por vaqueros altos y espigados, Joe Buck (Jon Voight) y Red Stowall (Clint Eastwood), dos vagabundos desgarbados y fracasados, dos de los más típicos antihéroes americanos en busca de su trascendental destino. Por si fuera poco, la tuberculosis es también la primordial enfermedad presente en las dos ficciones. Mientras Eastwood interpreta a un veterano cantante country tuberculoso que viaja hacia su última actuación en Nashville, en la demoledora película de Schlesinger es Dustin Hoffman el encargado de encarnar al fullero Enrico Salvatore "Ratzo" Rizzo, un miserable superviviente salido de las más profundas cloacas del Bronx neoyorquino, un petimetre lisiado consumido por la tisis cuyo máximo anhelo es viajar a las cálidas costas de Florida para vivir en paz el resto de sus días.

"Cowboy de medianoche" fue una obra innovadora en muchos aspectos. Premiada con el Óscar a la mejor película en 1970 (¡el único film clasificado X que ha obtenido esta distinción en la historia de la Academia de Hollywood!), fue realizada gracias al guión del galardonado Waldo Salt (también Óscar al mejor guión no original en 1970), desarrollado a partir de la novela del escritor y actor James Leo Herlihy.


En cierta manera, podríamos considerarla como una de las películas pioneras que muestran al espectador con contundente crudeza, la miseria existente en el extrarradio de la Gran Manzana, una atrayente Nueva York que, como otras grandes megalópolis, pivota entre la obscenidad de la riqueza y el lujo desmesurados hasta la más absoluta pobreza reinante en sus lóbregos escenarios suburbiales, una gran hoguera de las vanidades capaz de consumir en su vorágince miles y miles de ilusiones, de esperanzas, de existencias. El cineasta neoyorkino Martin Scorsese, un virtuoso en el retrato cinematográfico urbano de su ciudad, opinaba sobre este film de Schlesinger en "Mis placeres de cinéfilo" (La memoria del Cine. Editorial Paidós): "una película lacerante, magnífica, sobre las desilusiones de Nueva York..."


Resulta conmovedora la sublime autoestima del vaquero John Buck. ¿De dónde sacó él la peregrina idea de que podría vivir a costa de las mujeres? Tal vez de un subconsciente marcado por la relación con su abuela; ¿abusos sexuales en su infancia?. El muchacho decide abandonar su humilde puesto de lavaplatos en su Texas original, dispuesto a cruzar los EEUU hacia la costa este para vivir como un auténtico gigoló. Ligero de equipaje (una maleta de piel de vaca, una radio portátil, unas polícromas camisas de rodeo, unas botas y un sombrero vaquero, una chaqueta con flecos y un puñado de dólares), siempre sonriente, un infatigable optimista que masca chicle con tanta tenacidad como la que le empuja hacia la buena vida soñada: "no soy realmente un vaquero, soy un vividor, soy un semental..."


Chuleado por Cass (Sylvia Miles), una especie de prostituta de alto standing, estafado por Rizzo, expulsado de su propia habitación en el hotel, sin tener donde caerse muerto comienza a dar tumbos por una ciudad que, durante la noche, se convierte en la más sórdida jungla de asfalto. Por delante de sus ojos desfilarán invertidos, mendigos, predicadores iluminados, jóvenes homosexuales que se amparan en la oscuridad de los cines para dar rienda suelta a sus instintos más ocultos, chaperos..., mientras el candoroso vaquero no desfallece en su intento de vivir a costa de las mujeres. Y así continuará pensando a pesar de compartir con "Ratzo" Rizzo incontables penalidades en un sórdido cuartucho dentro de un edificio amenazado de demolición. Prefiere aguardar su oportunidad antes de ponerse a trabajar de lavaplatos, antes de regresar a sus orígenes.


El quimérico recorrido de Joe Buck por las males calles de Nueva York es muy parecido al que años después realizará el personaje de Travis Bickle en "Taxi Driver" (Martin Scorsese, 1976). Dos puntos de vista enfrentados sobre unas vivencias similares. ¡Cuán duro y deprimente es el rechazo de nuestros semejantes!...


El cowboy y el tullido formarán un bien avenido tándem de modernos pícaros. La ira inicial, provocada por las artimañas de Rizzo, se convierte en cristiana piedad y elevado sentido protector en un Joe Buck que, quizás por primera vez en su vida, encuentra la amistad verdadera.


La desnutrición, el tabaquismo, el frío y la humedad intolerable reavivan una tuberculosis fulminante que mantiene al personaje de Dustin Hoffman bañado en sudor, consumido por una ardiente fiebre héctica, descoyuntado por los accesos de una tos incoercible, extenuado por los esputos hemoptóicos y los constantes escalofríos. A las secuelas de la enfermedad física podemos añadir también las consecuencias de una patología social.


Con el paso del tiempo, esta película de Schlesinger (que provenía del free cinema) tal vez se me antoja excesivamente psicodélica y obstinada en la utilización del feed back, profuso recurso aquí presente para lo que en realidad intenta narrar sobre el traumático pasado del cowboy (la relación especial con su abuela - ¿complejo de Edipo?- y con su novia - violación y abusos sexuales -). Precisamente será en un happening del underground neoyorquino (digno de cualquiera de las famosas reuniones de The Factory de Andy Warhol), donde Joe Buck consigue triunfar. Su supuesta "víctima" es Shirley (Brenda Vaccaro), que le paga 20 dólares por pasar en sus brazos una noche de lujuria y pasión. Por cierto, el "gatillazo" que Joe sufre antes de copular con Shirley, junto a las insinuaciones que ella misma le hace sobre su supuesta homosexualidad, mantienen abierta una puerta a la especulación sobre el personaje de Jon Voight. Recordemos que este film es muy reivindicado por el colectivo gay.


Presentamos unas interesantes críticas de esta película para completar información:

http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article576.html






Destacamos la espléndida banda sonora, compuesta por John Barry, en la que destaca el exitoso tema "Everybody´s Talkin" cantado por Harry Nilsson, hoy en día todo un clásico.






Esta película está plagada de anécdotas, de entre las cuales hemos destacado las siguientes (ficha de "Cowboy de medianoche" en IMDb - The Internet Movie Database):

  • Para el papel del vaquero Joe Buck, antes que Jon Voight fueron seleccionados los actores Lee Majors y Michael Sarrazin. El primero tenía que cumplir sus compromisos televisivos en "The Big Valley", mientras que el segundo fue rechazado por un conflicto salarial. Warren Beaty también demostró su interés para representar este personaje, pero el propio Schlesinger desestimó dicha opción, porque el galán era demasiado famoso como para resultar convincente como chapero.




  • De la misma manera, el personaje de "Ratzo" Rizzo fue ofrecido al actor Robert Blake, que lo rechazó. Dustin Hoffman, que venía de triunfar en "El Graduado" (Mike Nichols, 1967) fue entonces el elegido. Pero antes, consciente de que su popular imagen podría costarle el papel, se disfrazó de mendigo y retó al departamento de casting a que lo descubrieran entre la multitud de las calles de Manhattan, donde pasó completamente inadvertido.


  • Para conseguir renquear convincentemente, dicen que Dustin Hoffman introducía pequeños guijarros en sus zapatos. Pero si observamos con detenimiento su interpretación durante la película, podemos observar que en unas ocasiones cojea con la pierna derecha mientras en otras lo hace con la izquierda. Por otra parte, en determinadas escenas, de tanto forzarse para toser de manera verosímil, el actor terminó realmente vomitando.


  • Los habituales de Nueva York que presten atención a esta película podrán percatarse de que cuando Joe Buck se aproxima a la Gran Manzana en un autobús procedente de Texas, por la ventanilla ve a lo lejos la Estatua de la Libertad. Sin embargo, esta circunstancia sólo es posible si el viajero realmente se aleja de Nueva York en dirección a New Jersey. De la misma manera, cuando Joe y Rizzo parten hacia Miami en autobús, éste entra por la variante sur del Lincoln Tunnel, que es precisamente la vía encargada de recoger todo el tráfico rodado que entra en Nueva York desde el este.

  • En 1976, John Schlesinger y Dustin Hoffman volverían a trabajar juntos de nuevo en otra exitosa y aclamada película del director británico: "Marathon Man".

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